sábado, 15 de diciembre de 2007

Capítulo II.1 Encuentro en el ciberespacio

Mayo 1998

Por supuesto que comunico a mis padres en Chile y a mi hermana Ana María de Nantes mi encuentro cibernético con Darko, el primo de la rama perdida de la familia Mátković. Mi madre lo encuentra tan emocionante que toma el teléfono y llama a su primo Boris, el padre de Darko. Me dice que Boris reacciona de manera extraña, Boris se ha vuelto a casar, a rehacer su vida y parece que no desea hablar de su pasado. A pesar de la reacción de Boris, Anita escribe a Darko para comunicarle su alegría por este encuentro y darle la bienvenida en nombre de toda la familia. Le cuenta que ella lo conoció una vez que fue con tía Filo a visitar a su madre, por el año 1963, que él no debe acordarse porque era realmente muy pequeño. Anita termina su carta pidiéndole que cuente lo que ha sido de sus vidas durante todos los largos años que han pasado y rogándole que le dé saludos a su madre.

Darko contesta inmediatamente. Encuentro fantástico que no se haya hecho de rogar y que envíe una larga y hermosa respuesta (además, yo no me había atrevido a hacer tantas preguntas y gozo leyendo lo que Darko responde). Así es como me entero de las razones por qué se marcharon con su madre de Chile, en 1974, sus hermanos y él con toda la vida por delante. Viven desde entonces en Barcelona, ciudad que adoptaron definitivamente y de la cual Darko habla con pasión. Me entero de los estudios que hicieron y en qué trabaja cada uno. Él es ingeniero industrial y desde hace unos años tiene una pequeña oficina donde trabaja en diferentes cosas y que comparte con su madre y con una media hermana, hija de un segundo matrimonio de su madre.

Estoy feliz de que mi incursión por Internet haya servido para establecer contactos con esta rama olvidada de la familia. Estoy tan entusiasmada con todos estos intercambios, que en ningún momento imagino que los encuentros extraordinarios están apenas comenzando. Haber encontrado a Darko fue como ganar a la Lotería y ganar a la Lotería dos veces seguidas es como un milagro. Considero que lo que sucedió después es algo comparable, por lo menos el concurso de circunstancias que hizo que todos los hechos se fuesen dando unos después de otros de manera tan natural.

Cuando Filo falleció, en 1994, Anita se sintió con la misión de reunir bajo su techo a todos los hermanos y primos de su familia materna y, entre ellos, convidó a la viuda y a los hijos de su primo Carlos José, el hermano de Boris, con los que no tenía ningún contacto desde hace muchos años. Ellos no lo habían olvidado y en signo de agradecimiento invitaron a mis padres al casamiento de Mirko, el menor de los hijos de Carlos José. La coincidencia fue que el casamiento se celebró muy pocos días después de los intercambios entre mi madre y Darko, a fines de mayo. Llegando a casa de regreso del matrimonio, mis padres me envían un e-mail diciéndome que durante la fiesta conversaron con Claudette, la hermana de Mirko. Que le contaron de mi encuentro cibernético con Darko. Me dicen que Claudette se emocionó muchísimo al tener noticias de los primos perdidos de vista. Que tiene una dirección electrónica, que les pidió la nuestra. Que desea entrar en contacto con su primo Darko y conmigo.

¡Yo lo encuentro fantástico! A mí que me gustan las novelas románticas me hubiera encantado estar presente y ver la expresión en el rostro de Claudette. Estoy impaciente con la idea de entrar en contacto con esta nueva prima. Claudette no pierde un minuto ¡Y cómo la entiendo! Si yo hubiese estado en su lugar habría hecho exactamente lo mismo, me escribe inmediatamente:

Sábado 30 de mayo

Querida Maribel,

Voila!!! Aquí tienes a otra media prima.

Tía Anita es prima de Carlos José Mátković, mi papá. Ayer estuve con tus papás en el matrimonio de mi hermano Mirko, y me contaron que se escribían a través de Internet. También me dijeron que habías encontrado a mis primos hermanos (su papá es hermano del mío). Te juro que el corazón me saltaba de emoción, así es que apenas copié sus direcciones, de inmediato me dispuse a escribirles. Por favor cuéntame si recibes bien este e-mail, para poder establecer contacto y conversar aunque sea a la distancia.

Un beso grande,

Claudette Mátković.

¡Esto parece magia! ¡Jamás habría sido capaz de imaginar una historia tan extraordinaria! En estos días pienso más que nunca en Filo y me digo que es ella quien está realizando este milagro. Claudette, Darko y yo comenzamos a comunicar de manera muy intensa, ellos deben recuperar el tiempo perdido y contarse lo que ha sido de sus vidas. Jugaban juntos de niños, pero han pasado veinticinco años sin saber nada uno del otro. (Darko había olvidado hasta el nombre de su prima y la primera vez se había referido a Colette en vez de Claudette). Se cuentan cosas y, en un primer tiempo, quedo completamente fuera de esos intercambios tan personales. No dejo de pensar en lo fuerte que debe ser para ellos este encuentro. A pesar de todo, Darko no se olvida de mí. Explica a Claudette que la causa de nuestro encuentro ha sido la busca de las huellas de Elías y de nuestros antepasados, que es eso lo que nos ha reunido; le envía las informaciones que tenemos, le cuenta en qué estamos. Darko me escribe para decirme que Claudette parece encantada de unirse a nuestro dúo para participar en nuestras investigaciones y que se propone ayudarnos, termina su carta diciéndome:

Si te parece correcto que Claudette busque cosas en Chile (¡una voluntaria!, ¡con los tiempos que corren!) le envío copias de todo para que se ponga al día.

¿Y cómo decir que no? ¡Pero si es realmente fantástico! Ahora somos tres, y no dos, los bisnietos de Elías que intentamos reconstruir el pasado. Dos primos que nunca he visto. Darko tiene razón, Claudette se ve realmente feliz de unirse a nuestros proyectos, su respuesta me llega al mismo tiempo que la de Darko:

Queridos primos... insisto... estoy emocionada por este encuentro y casi me parece un regalo de Dios. Espero tener algunos minutos de calma para sentarme a leer los kilos de información que he recibido de ustedes. Mientras tanto les comento algunas cosas...

Nos cuenta de su familia, de sus hermanos, de sus hijos, de su vida. Agradece que le permitamos compartir nuestra aventura; cree saber dónde conseguir las películas de tío Mateo y nos pide que le demos algunos días. Dice, que si decidimos ir a Magallanes a averiguar sobre el naufragio de Elías, podremos contar con ella, que entretanto se pondrá en campaña para ubicar a Enrique Campos Menéndez que seguramente nos podrá ayudar, termina diciendo:

Frente a mí (en mi oficina) tengo un portarretrato donde aparece el bisabuelo Elías, la Nona y sus 5 hijos. Todos se ven muy elegantes; el abuelo Elías al parecer no era muy alto, más bien se ve un tanto gordito, de ojos muy claros, bigote, y la típica boca de los Mátković. Perdonen, pero mi abuelo José es lejos el niño más lindo de la foto, y el más parecido al bisabuelo Elías. Paulina, Mateo y Antonio son parecidos a la Nona. La tía Filo está en el vientre de la Nona.

Claudette.

Claudette nos trae, además de muchísima emoción y alegría, un gran cariño. Eso estaba completamente ausente de nuestros intercambios precedentes con Darko. Yo estoy como transportada, como en otra dimensión. Es evidente que no logro concentrarme en mi trabajo. ¡Pero qué diablos me importa! Una cosa así no puede ser postergada, sería como un pecado. No resisto la tentación de pedir a Claudette que nos envíe cuanto antes la foto de los bisabuelos, Darko está de acuerdo. Yo pensaba en una foto enviada por correo. Darko tiene otras ideas, está pensando en fotos enviadas por Internet, él tiene un escáner y ya nos ha enviado un par de fotos suyas. Ni Claudette ni yo tenemos ese tipo de material.

A todo esto, y a propósito de fotos por Internet, Darko me envía una información sorprendente: me da una dirección que descubrió en Internet donde se puede ver una página de un hermano suyo, hijo que su padre tuvo con su segunda mujer. En el sitio Internet, Pedro (así se llama), aparece con foto y todo. Nunca ha hablado él, no se conocen. Es la primera vez que ve una foto suya, el parecido entre ambos hermanos es sorprendente. Me dice que por ahora, él observa. Al mismo tiempo, me cuenta que Ana, su hermana mayor, habló con él hace un par de años en una de las tantas ocasiones en las que intentó, sin lograrlo, hablar con su padre y que Pedro, con su respuesta, mostró que ignoraba que tenía hermanos. Darko supone que Pedro pensó que se trataba de alguna loca.

Con esto sí que la búsqueda de Elías toma para mí un rumbo inesperado. No sólo he tenido la alegría de descubrir de una manera sorprendente a estos nuevos primos, esto comienza a parecerse a una telenovela. De esas que hay que preparar el pañuelo antes de sentarse a mirar cada nuevo episodio. La verdad es que si antes estaba como transportada ahora me quedo literalmente boquiabierta. Darko tiene un medio hermano de veinticuatro años que aparentemente ignora que tiene tres hermanos mayores. Claudette le conoció por casualidad en una reunión de trabajo y sólo allí, por el apellido, dedujeron que eran primos, simpatizaron mucho, pero Pedro nunca habla de la familia. ¿Cómo puede ser que su padre nunca le haya dicho nada? ¿Cómo puede ser que ella no supiera que tenía otro primo? Espero que Darko no tome a mal mi intromisión, pero frente a lo que está pasando no puedo dejar de expresarle lo que siento. Le escribo y le digo que estoy comenzando a tomar conciencia de todo lo doloroso que debe haber sido para él y sus hermanos esta ruptura familiar tan radical. Del rechazo de su padre, de la ignorancia de su medio hermano, del silencio de su madre. De los secretos terribles. (A estas alturas de la telenovela para mí hay dos protagonistas: Elías y Darko, el bisnieto perdido). Termino mi e-mail deseándole que algún día pueda conocer a su hermano y restablecer los lazos que siempre debieron existir:

Siento una alegría infinita por lo que está sucediendo y por haber sido útil para establecer el contacto y ayudar a que recuperes lo que siempre debió ser tuyo. Quizás algún día tengas un encuentro con tu medio hermano; lo que pasa no puede ser de su culpa, como tampoco es la tuya. Tampoco debes ser duro con tu padre. Mi madre me contó que recuerda a Boris de niño, como un niño muy tímido, muy callado, muy bueno. Algún problema habrá tenido. ¿La ceguera de tu abuelo? anda a saber.

Un abrazo

Maribel

Darko no me hace ningún comentario, pero, en respuesta, me hace el regalo maravilloso de sus intercambios con Claudette. Es una manera de decirme que acepta que yo haya tocado este tema tan delicado y me siento agradecida de su confianza. Soy testigo de intercambios llenos de emoción. Leo lo que Darko me envía con cierto temor. No deseo entrar en su relación más allá de lo necesario. Debo empujarlos a que se acerquen entre ellos sin tener cuenta de mi existencia. Tienen muchas cosas que decirse que no me conciernen. Es muy emocionante. Los tres estamos viviendo momentos muy, pero muy intensos. Al mismo tiempo, con tanta emoción, todos nos ponemos más vulnerables, hay que tener cuidado.

Igual me equivoco, como Darko no conoce nada de la familia, trato de explicarle, como puedo, lo que yo sé. No sólo su padre ha tenido problemas con sus hijos: tío Mateo no quería saber nada de la hija de su primer matrimonio, Elías no era un padre fácil. No sé lo que le digo, hago un comentario sobre el carácter de algunos Mátković y mi comentario no produce la reacción que yo esperaba. Darko nos escribe a Claudette y a mí algo muy extraño:

Aviso: Por estos e-mails ha circulado algún comentario respecto al carácter de algunos Mátković, creo recordar que especialmente del género masculino.

Bueno, yo no soy precisamente un ejemplo de simpatía aplicada. En general, en opinión de los demás soy callado y serio. Yo añadiría que además tímido, pero eso no me lo dicen nunca. La opinión de mi esposa (quien me conoce desde hace 21 años) es, sin embargo, que hablo mucho, pero sólo de aquello que me interesa y con quien me da la gana, y que tengo un humor “británico”.

Darko

Lo que Darko dice me deja helada. ¿Se enojó? ¿Dije cosas que no debía? ¿Se terminó la magia? Paso un día pésimo. Le escribo explicándole mis terribles dudas, rogándole que me las aclare. Hago sentir a mi primo que estoy muy triste, realmente muy mal. Le ruego que me diga claramente si he dicho algo que le haya ofendido o en un tono que no debía. Comunicarse por e-mail es difícil porque no se ve la expresión del otro, ni se oye el tono de la voz. Cuando no se le conoce es aún más difícil. La comunicación es frágil y es muy fácil equivocarse sobre la reacción que algo escrito puede producir. Termino mi carta diciéndole que salvo desmentido o explicación de su parte voy a interpretar su último comentario como un reproche; con mucha pena, que podría ser el fin de la magia.

Esa noche Darko me llama por teléfono. Es lo mejor que podía haber hecho. Tiene una voz grave, cálida y profunda y con sólo oírlo sé que me equivoqué, que no está enfadado conmigo, que era una muestra de su humor, nada más. Habla muy, pero muy poco, a mí también me cuesta hablar. No tiene ninguna importancia. La tormenta pasó, un cielo claro y un sol lleno de luz iluminan nuestra amistad. En cuanto puedo escribo a Claudette y a Darko para decirles lo feliz que quedé con su llamado:

La verdad es que tu llegada, Claudette, ha dado un vuelco emocional inesperado a nuestros intercambios. Además una relación a tres es más divertida, pero más complicada. Nunca sabes lo que se le dice a uno, al otro. Lo que se cuentan los otros. No se reían, van a pensar que estoy celosa. (Claudette, a todo esto, descubrí que nuestro primito tiene una voz profunda maravillosa.)

Como le decía a Darko, es muy difícil comunicar las emociones por e-mail, sin verse y sin oírse. Así y todo habrá que hacerlo. La única manera es a la más leve nubecilla aclararla cuanto antes. Cuando uno escribe se toman riesgos, las cosas quedan allí expuestas. Tengamos el coraje de atrevernos a tener una relación fuerte por e-mail. Con mucha confianza. Cuenten conmigo, que en el fondo lo único que deseo es querer y que me quieran. Cuando no sepan con qué intención escribo algo piensen que es con la mejor del mundo. Prometo hacer lo mismo con ustedes.

Les había dicho que me cuesta trabajar porque estos e-mails me perturban. Bueno les diré que si me faltan los e-mails me perturba más aún.

¡Pues escríbanme todo lo que quieran y cuando quieran!

Un beso

Maribel

Me quedo feliz. Esto no tiene nada que ver con un enamoramiento, pero las emociones son iguales de fuertes. A Claudette le sucede exactamente lo mismo, nos dice:

Por favor ustedes no se vayan a reír de mí cuando lean esto: Yo me siento como si estuviera “pololeando”, ¿recuerdan este término? Es algo así como estar muy involucrado con alguien, enamorado, de novio... algo emocionalmente muy fuerte. El que está celoso es mi marido que de repente pasa frente a mí y me sorprende una y otra vez escribiéndoles. Él no puede entender este sentimiento mágico que me arrastra.

Seguimos intercambiando sobre el tema del carácter de los Mátković. Darko y sus hermanos parecen tener un carácter muy particular, su padre, su abuelo, los tíos abuelos y nuestro bisabuelo también son o eran raros. Por ahí Darko dice:

El ver reflejados ciertos caracteres en varios Mátković que no me suenan del todo lejanos, y que quizás en diferentes grados forman parte de mi propia persona...

Esto pasa a ser hasta divertido. Creo que vamos a poder sobrepasar el estilo de la telenovela venezolana para dirigirnos hacia un estilo más próximo al de una comedia. De verdad, aunque las consecuencias sean dolorosas, es interesante lograr ver los problemas y el modo de ser de cada uno de los miembros de esta familia en una perspectiva histórica, a través de varias generaciones. Se me ocurre que los problemas individuales se pueden relativizar mucho, incluso observar con humor británico como le gusta a Darko. Hay una frase que he escuchado muchas veces en mi familia “típico Mátković”. Digamos que esta historia es “típica Mátković” y que es sumamente entretenida. ¿No?

A todo esto, no debemos olvidar que nuestro hilo conductor es Elías. Que las trazas de Elías vienen de Punta Arenas. Que mi primo Antonio vive allá y que hace mucho tiempo deseo escribirle. Él estará feliz de unirse a nosotros, pero no tiene correo electrónico. Le preparo entonces una carta de verdad. Antes de enviarla a Antonio se la muestro a Claudette y a Darko, quienes aprueban mi idea.

Preparo un sobre donde pongo la carta, copias del árbol genealógico y de cuántos documentos me dejó tía Filo. En la carta le narro toda la aventura de este año, del naufragio de Elías, del encuentro con Darko, con Claudette. Le digo como, poco a poco, vamos tejiendo la historia, con mucha emoción, entre sueños y datos históricos. Que es la historia de los Mátković; que nosotros dos llevamos parte de la memoria, pero que son nuestros primos quienes llevan el apellido y la emoción. Le digo que Claudette, Darko y yo daríamos cualquier cosa por saber en qué año naufragó el barco de Elías, qué barco era, quién era Elías, cómo sobrevivió. Que se me ocurre que podría aceptar unirse a nuestro grupo. Que supongo que él sabe miles de cosas sobre nuestra familia que nosotros ignoramos. Le digo que fue tía Eugenia quien me dijo que debía escribirle, que él era el único de nuestra generación que se había interesado en las raíces de la familia hasta tal punto que la madre de Antonio le decía: “me casé con un hombre chileno y tengo un hijo croata”.

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